A lo largo de tu vida has visto algunas cosas que te funcionan, son esos momentos a los que necesitas evocar para encontrar los patrones que sirven para ti. Eso se te da bien. Naturalmente aprende nuevas habilidades pero conserva las tuyas que son oro y si puedes pulirlas mejor que mejor.
La velocidad de nuestro pensamiento ronda la velocidad de la luz, nuestras visualizaciones o visiones son instantáneas. Nos situamos en un instante en el futuro soñado y nuestra mente ya lo da por hecho pues es su naturaleza, la instantáneidad.
Recuerdo cuando tenía trece años, un día frente a la escalera del patio de mi casa, imaginando cómo sería mi vida en pareja y la ilusión que me provocaba pensar en ella. Tras el paso de los años, algo que recuerdo que me parecía esencial, eran las sonrisas y mucha colaboración, simplemente saber que esa otra persona que iba...
Hay algunos aspectos que no debemos olvidar a la hora de trabajar en nuestro sueño:
Un sueño es una llamada de tu alma que te invita a despertar.